En un rosal cualquiera, cuando un capullo asoma; es señal que con paciencia, esperanza y cuidado; éste se volverá fuerte para finalmente convertirse en una bella rosa capaz de perfumar y encantar todo un jardín.
De igual manera los sueños aunque pequeños, si los cuidamos, pueden adquirir la forma y el color que deseamos...entonces hacernos suspirar y sonreír.
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