Una de las pequeñas del taller me dijo el sábado: "yo no quiero que nadie se oponga a mis sueños".
Ella quiere ser actriz cuando grande, planifica a sus 10 años su estadía en Buenos Aires, porque como generalmente pasa desde provincia, la capital se percibe como la madrina que concede los deseos.
Faltan años para que eso suceda en esta pequeña, pero por ahora está cultivando su sueño, asistiendo a talleres que le ayuden para ese gran momento...un momento que sólo sabrá el destino si así será o no.
Tiene muchas ganas y talento, dos cuestiones fundamentales para concretarlo. Si ella lo sostiene con el tiempo tendré el placer de verla en algo grande y lindo, estoy segura. Y si no, porque sus gustos y prioridades se fueron modificando con sus etapas propias de la edad, no tengo la menor duda que igualmente hará algo importante si se lo propone.
Y es que cualquiera puede conseguir sus sueños y sentirse importante desde el lugar en que se pare. Porque los sueños y la importancia de ellos, son algo puramente personal e íntimo, donde las opiniones contrarias no deberían entrar y donde la edad es sólo una cuestión estacionaria.
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