martes, 22 de abril de 2014

martes, 15 de abril de 2014

Ese viejo amuleto

"El aire huele a frutas frescas"- me repitió tres veces mientras el tren tomó velocidad. Y yo como un tonto lo escribí en mi libretita de poemas, como queriendo que fuera un amuleto que la haría volver un día.
Me sorprendió; cuando caminando con Ana de la mano; ella con un helado de frambuesa y yo con un cucurucho de mermelada; alguien me hacía señas como saludándome. La mermelada chorreó mi camisa y por un pelo no manchó también mis zapatillas de lona. Era Consuelo y avanzó directamente sin titubear ni un poco. Se detuvo frente a nosotros, nos miró, nos sonrió y luego mirándome dijo "hola".
Ana se soltó de mi mano y correteó por entre nosotros como si no estuviéramos. Consuelo no dejaba de sonreír y eso me inquietaba. Dijo que era feliz; que al igual que yo tenía una linda familia. Dijo también que le alegraba verme. Que en verdad la ponía contenta. Y se despidió.
Lo último que le escuché decir fue "sería bueno volver a vernos" y se fue caminando lento. Ana me miraba y yo me detuve en el color frambuesa confundido como lunares en su vestido blanco con cintas. El mismo estilo que llevaba puesto aquella vez Consuelo, cuando al anochecer el tren tomó velocidad. Lo recuerdo porque traigo conmigo siempre la libretita esa.  

sábado, 12 de abril de 2014

Huertiando


Es tiempo de remover la tierra, sacar la maleza y sembrar. 
(Y por un rato vuelvo a ser niña; haciendo pastelitos de barro).

lunes, 7 de abril de 2014

Arrímate suavecito y nos echamos una pieza de baile

Nuestros amigos estaban en círculo cantando esas canciones viejas que las aprendimos de tanto escuchar. Ya avanzada la noche llegó el Jorge con la Roxana ¡Qué envidia me daban siempre! Parecían jovencitos reconociéndose entre el tumulto. Te saqué a bailar. Dijiste que luego. Jorge me convidó uno de sus cigarrillos importados. Me contó que los traía de sus viajes, porque le daban la sensación de traerse consigo los olores de las noches de esos lugares. Me quedé pensando en eso de los olores, la noche y lo de su inmortalidad. Recordé que dijiste que luego bailarías conmigo. Te busqué. Te busqué. Te busqué.