sábado, 31 de diciembre de 2011

Apuestas de fin de año

"...El tiempo se va.  A veces pienso que tendría que vivir apurado, que sacarle el máximo partido a estos años que quedan.  Hoy en día, cualquiera puede decirme, después de escudriñar mis arrugas: "Pero si usted todavía es un hombre joven".  Todavía.  ¿Cuántos años me quedan de todavía?  Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre.  Porque la vida es muchas cosas (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones), pero nadie va a negarme que cuando pensamos en esa palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo, "que nos aferramos a la vida", la estamos asimilando a otra palabra más concreta, más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer.  Pienso en el placer (cualquier forma de placer) y estoy seguro de que eso es vida..."
(En La Tregua de Mario Benedetti)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Tejo y destejo para ser feliz

Soy de las que hace balances de fin de año; es tal vez una de las cosas que más me gusta de estas fechas, porque transito por mis recuerdos de los días importantes, de los alegres y de los tristes. Voy y vuelvo, puntada tras puntada, dejándome llevar por una emoción o  un instante y luego regreso al ahora, a despedir con un descorche  lo que fue y recibo melancólica,  pero siempre optimista,  el nuevo camino; el que  volveré a  tejer con esmero (espero) como siempre;  para finalmente volverlo a transitar. 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Hay una vendedora de fósforos en cada esquina...

...las ves?

Para el sábado en el radio teatro, una adaptación del más que bello cuento de Hans Christian Andersen "La vendedora de cerillas".
Un cuento que me ha inspirado, me ha movilizado, que ha sabido conmoverme profundamente.  Un cuento que he deseado representar desde que trabajo con el Kamishibai, pero aún no ha sido posible.  Es una historia vigente, común y cruel.  
 ¿A cuántas niñas de la calle hemos ignorado o tal vez ni siquiera notamos?
Aunque en este lado del mundo el sol nos parta con sus rayos abrazadores, la noche buena puede parecer desolada y fría ¡para tanta gente!
Y esto no es moda, no es hacerse la reflexiva al divino cuete; esto es también un tirón de orejas para mí misma; para los yoismos que somos incapaces de dejar de lado aún en Noche Buena.
¡Arde, arde, llamita!

"¡Arde, arde llamita!...¡Qué luz tan hermosa tienes!..."
(En adaptación del cuento "la vendedora de cerillas"
de Hans Christian Andersen
para radio teatro).

lunes, 19 de diciembre de 2011

La última recta...para volver a empezar


Fin de año, finalización de proyectos, nuevas planificaciones, ofertas, propuestas, ideas emergiendo...fiestas en familia, un menú de la cena familiar de Navidad, organizar horarios, la economía, pensar en un regalo querido para obsequiar...El fin de año es inminente y el cansancio me abruma por instantes. Caigo rendida en el sillón de casa.  Por estos días no consigo dar vuelta a una nueva página del libro que comencé a leer, porque en el intento el cansancio me vence y me duermo. 

Aprovecho los sueños esporádicos y proyecto un viaje, unas vacaciones con mi  otra gente querida al otro lado de esa blanca cordillera.

martes, 13 de diciembre de 2011

Olor a melancolía

El recuerdo de mi abuelita paterna fue lo que me inspiró a escribir la obra para el radio teatro del sábado:

La protagonista de la obra  padecía del mal de alzheimer y vivía en un hogar de ancianos, recordando siempre a su esposo (fallecido) y esperando que regresara y entrara por la puerta de su casa. 
Aunque no se trataba de la vida de mi abuelita, sí habían algunos elementos similares, como ese continuo volver a los recuerdos como parte de nuestra rutina de conversaciones a la sombra del limonero de su patio hermoso que nunca más volvió a ser el mismo cuando ella falleció.

El recuerdo de mi abuelita, me ha traído esta semana mucha nostalgia, porque aunque hace tantos años que ya no está entre nosotros, no puedo conformarme con la idea de sentir que no aproveché lo suficiente toda la riqueza de conocimientos que ella tenía: una mujer campesina, componedora de huesos, conocedora de los secretos de las plantas, solitaria no por convicción ni deseo, amante de la naturaleza y la sencillez, de manos curtidas; hasta sangrar por el trabajo diario, de delantal para cubrir sus ropas y de pañoleta para cubrir sus rulos teñidos de gris que indicaban los años transcurridos.
Una linda mujer que me habría encantado que Guillo hubiese conocido. 

Ella me enseñó  a hilar la lana de oveja y a tejer calcetines con cuatro palillos hechos de alambre; porque también me enseñó que no siempre es necesario comprarlo todo, ya que si miramos a nuestro alrededor con atención descubriremos que las cosas tienen más de una funcionalidad.

Un faldón, un gato y el sonido del silencio (qué contradicción) representados por el ronroneo de un minino y  el tic-tac de un reloj; fueron los elementos que destacaron en el radio teatro, pensando en lo que siempre  acompañaron en su cotidiano a mi abuelita y a la protagonista de la obra.

Éste, mi faldón que usé el sábado, como tributo a ella:

jueves, 8 de diciembre de 2011

Hay que volver a la simpleza.

En nuestro hogar no necesitamos mucho para sentirnos felices:


Más bien un poco de dedicación, un rinconcito y por supuesto destacar el mensaje de amor y simpleza que se supone deberían marcar estas fiestas:


¡Ojalá, en serio, esta Noche Buena hayan más niños felices y más hogares unidos!


Y si alguien que pase por aquí ya sea de casualidad o por fraternidad y se me une con la idea de la simpleza y el amor y desea hacer sus propios adornitos en kirigami, acá muestran cómo hacerlos de manera muy sencilla. 

martes, 6 de diciembre de 2011

Fiesta de la lectura

Lo bueno del kamishibai es que no se necesita mucha infraestructura: una mesa más grande que el teatrillo es suficiente y si el espacio lo requiriere tal vez un micrófono; lo demás aparece con el espíritu de quienes son los espectadores y quien les tiene que mostrar algo. 

Y eso mismo pasa con cualquier forma de promocionar la lectura: algunas veces unas imágenes, un títere, un disfraz improvisado, una alfombrita y  cojines para los espectadores y lo fundamental: las ganas de leer, de escuchar y de imaginar. 


En ese contexto se realizó ayer la fiesta de la lectura en la Guardería "Niño Feliz", donde fui invitada a los turnos de mañana y tarde para contarles alguna historia a los pequeños de entre dos a cinco añitos.

Se presentaron además números con títeres, representaciones teatrales y lectura de cuentos a cargo de los papás de los pequeñines, quienes me pareció que lo pasaron muy bien, porque aplaudían y reían con las historias en todas sus formas representadas.

Pero lo que en verdad me dejó el corazón hinchado de emoción ayer, fue ir a una escuelita rural del sector "La laguna", invitación que me hizo improvisadamente la Directora de la Guardería, luego de terminar ahí.  Sólo participaron los niños del nivel inicial y dos maestras; ni el resto de la escuela, ni el resto de los docentes ni los padres de los niños...muy desolado, pero ellos merecían tanto como los de los otros lugares un lindo momento.  Ojalá haya sido así. 
Y qué ganas de volver!

domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Escuchas el silencio?


Estoy buscando la belleza en lo cotidiano, en lo que está siempre, frente a mi y yo tal vez sin notarlo. 
Y en esa búsqueda me detengo en la copa de un árbol, en un suspiro, en un silencio.
Tal vez son los años, o el fin de uno que ya comienza a notarse, no lo sé en verdad; 
pero me estoy poniendo cada día más simple... más. 
Y por Dios que sensación agradable siento! 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Hormiguitas presenciando la función

Ayer recibí una grata invitación de Sabrina (a quien conocí el viernes en la escuela Santo Domingo) para hacer una presentación en Kamishibai mezclándola con títeres, para un público especial: los pequeños que asisten al jardín "La hormiguita viajera" de la ciudad.
"Las frutas" volvieron a salir a escena junto a  "El pescador".

La compañía de Sabrina hizo que todo fuera mucho más agradable, porque tiene una energía muy linda, irradia mucha paz y honestidad.  Me encantó trabajar con ella nuevamente y si las cosas se siguen dando así tal vez tenga nuevas novedades que cuchetear más adelante.
Yo por mientras me quedo con el gustito de la misión cumplida de ayer.