martes, 2 de mayo de 2017

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Mayo es junio y junio es julio. Aún en esta loca avenida, levanto semillas que guardo cuidadosamente en casa. Algunos niños corren, pero son lxs jóvenes quienes más felices se ven. ¿Cuántas frustraciones cargará esa mamá que se para cerca de mí a esperar a su hijo; igual que yo al mío? Casi siempre, la misma anciana sentada en su silla, palmea sus débiles manos y me hace señas. Mayo está cerca de  junio y junio está cerca de julio cuando partió papá. ¿Cuánto más seguiré pensando en lo que (nos) faltó?