sábado, 30 de junio de 2012

Punto nido

Tejer siempre me ha hecho bien. Comencé como a los ocho años con un telar bien pequeño que mi abuelita o mi mamá me acondicionaban y un clavo como crochet. Después aprendí a usar las dos agujas o (palillos); tejí chalecos, bufandas, carteras y gorros para mi muñeca barbie y para mi. Y desde ahí  no paré.
Siempre al terminar algo me queda esa sensación de orgullo, eso que deben sentir todas las personas cuando ven terminado su proyecto que partió siendo una idea, un impulso, un deseo...y que finalmente se materializa en lo concreto hecho por uno mismo.
Hacer, inventar, crear con nuestras propias manos es tan placentero como médico, porque en el proceso de construcción, nos anima, nos despeja la mente, nos ayuda a soñar; y  luego cuando hemos terminado nos confirma lo capaces que somos de hacer algo que nos propusimos.Por eso muchos especialistas sostienen que las manualidades son importantes  en el proceso de aprendizaje cognoscitivo y para la autoestima en nuestros primeros años y hasta en el final de ellos, porque nos ayuda a mantenernos activos mentalmente y a establecer lazos sociales al compartir nuestros trabajos con otros.
Cuando tejo, me vuelvo una niña, impaciente, quisiera terminar pronto y lucir lo que he podido hacer.
Cuando tejo, reafirmo mi relación con esas dos mujeres que hoy ya no están conmigo, que siento que se fueron muy temprano, que nos faltó tal vez un punto más por descubrir juntas, un revés o un derecho que acomodar y hacer un tejido perfecto.
Cuando tejo, graciosa y mágicamente, siempre las recuerdo.

miércoles, 27 de junio de 2012

Media light

Tengo que aprender a reírme más de mi misma y de los otros también. A ser más despreocupada, sin llegar a lo insensible.
Tengo que buscar el equilibrio entre lo que me cuesta tanto comprender de las personas y lo que soy yo.
Tengo que empezar ahora, eso es claro.

sábado, 23 de junio de 2012

Lo digo y lo sostengo

Le temo al egoísmo y la avaricia humana; pero más le temo a la indiferencia.

Ojalá que el pueblo Paraguayo encuentre soluciones prontas 
y por la vía democrática, como tiene que ser.

jueves, 21 de junio de 2012

Cambio de estación

Ya no quedan hojas que descolgar.
Ahora, las gotas de invierno comienzan a  refrescar mis madrugadas.

Lo lindo del invierno es que me evoca recuerdos de mi vida. (Olores, colores, sensaciones). Pero lo malo es que cuando esta estación se vuelve agresiva afecta a mucha gente. Pienso en los caminos anegados y los niños con dificultad caminando por el barro y el agua golpeteando sus caritas.  En el campesino cubriendo a sus animales en las noches, una vaca a punto de parir, cortes de luz, frío y una pequeña vela que se cuida para que no se consuma completamente.Un perro fiel tras la puerta cubierto de agua y escarcha sin perderle la vista a su amo que lo necesita. Un sauce llorón de antaño, descolgado, casi sangrante de pena.
Y esto, como diría un personaje que conocemos con mi compañero: "no me lo contaron" precisamente.

domingo, 17 de junio de 2012

Chocolates de almacén

Mi papá y sus pasos
Cuando era muy pequeña, creía que era el más lindo de todos los hombres. Yo esperaba todas las tardes que llegara del trabajo, me dijera "Cierra los ojos" y me sorprendiera con unos chocolatitos cuadrados que cuando él los daba sabían más ricos.Crecimos los dos; yo como hija, él como padre; pero el tránsito no siempre fue fácil;  más bien tuvimos baches, champas de pasto húmedo entre junio y julio y reseco en enero.Varias veces nos encrespamos igual que el gato grande que vivió en la casa muchos años, mostramos los dientes como el Dinki cuando nos sentíamos agraviados uno del otro, guardamos silencio, y paramos.Ahora yo mamá y lejos, él con pasos lentos y medio frágil.  Serán los años que carga mi cuerpo, la distancia, la propia vida, no sé, pero es bueno sentirme en paz, queriéndolo, extrañándolo y enterneciéndome, como si  fuera él quien me espera que llegue con chocolatitos blandos y pequeños para disfrutar juntos.

¡Feliz día a mi papá, al papá de Guillo y a los papás suyos!

viernes, 15 de junio de 2012

miércoles, 13 de junio de 2012

"No quiero compartir"

Saber compartir y querer compartir no son la misma cosa.  Me lo han dejado muy claro los niños del taller del lunes.  
Nunca me había pasado esto en ningún grupo con los talleres de Kamishibai u otros talleres que he realizado en mis años de trabajo.
El lunes, los niños comenzaron a hacer sus bocetos para ilustrar las obras, pero como esto es una actividad grupal, la cosa se complicó para varios, porque no había forma de hacerlos entender que éste no es un trabajo individual, que se enfatiza el compañerismo y que acá nadie es protagonista, sino que en conjunto lo son todos (y yo pensé que había quedado claro en los primeros encuentros que tuvimos, cuando explicaba la manera de trabajar).
Y aunque finalmente logré que la tensión se aflojara y que comenzaran a trabajar en grupo, sé que los que se negaban a compartir,no quedaron muy convencidos ni contentos...y por consecuencia los otros tampoco porque se sintieron desplazados.
Me fui a casa y hasta hoy sigo dándole vueltas al asunto:
¿Cuáles son los componentes que deben darse en un grupo para que queramos compartir?
¿Qué implica compartir? ¿Qué y cuánto ganamos y perdemos?
¿Por qué hay que compartir? ¿Por qué se da por sentado que debemos compartir cuando estamos en grupo?
¿Todos entenderemos de la misma manera la idea de compartir?

Compartir en primera instancia, generará  una especie de complicidad, de identificación con el otro. Implicará desprendernos de algo para dárselo a otro. Y eso indudablemente nos permitirá ganar empatía, buen ambiente grupal, logro de objetivos propuestos; pero también perder.  Perdemos un poco de lo que entregamos, perdemos protagonismo absoluto, aunque no siempre o no todos lo sintamos como pérdida.
Al agruparnos, de alguna manera nos nucleamos y eso implicará que los objetivos grupales serán los mismos.  Habrá una meta, un propósito y para conseguirlo todos nos uniremos hasta ojalá lograrlo. 
Pero puede que la idea de compartir no siempre se asuma de la misma manera en todas las personas. Sin duda que compartir estará también muy asociado a las experiencias personales, a la historia personal, a las realidades personales.
El conflicto del lunes me genera nuevas reflexiones que considero importantes no solo para mejorar y solucionar lo que provoca fricciones, sino para comprender más en profundidad esto de los grupos y la manera de abordar los talleres, que aunque artísticos o culturales, no dejan nunca de ser un contexto de relación social, en donde sus integrantes cargan con sus propias realidades y experiencias.

domingo, 10 de junio de 2012

Para la pena, toronjil

Si le duele la pancita manzanilla, si le duele el corazón toronjil, si el malestar es una pena menta con azúcar.
Si el bebe llora de noche y duerme de día: tiene el sueño cambiado.
Si el bebe llora, no come y está desanimado: está asustado o lo ojearon.

Estas son ideas cotidianas, que conviven con nosotros desde mucho tiempo atrás. Se lo enseñó nuestra abuela a nuestra madre, ella nos la enseñó a nosotros. Nuestra vecina también nos da algunos consejos, y cuando no podemos solucionar el problema, acudimos donde alguien más experta que nos ayude: la medica o curandera.
En Antropología esto se llama sistema médico tradicional y se refiere a esa manera "informal" de tratarse las enfermedades. Algunas veces con más o con menos éxito. Y en cada cultura, antes y ahora,  están los “especialistas” encargados de sanarnos cuando enfermamos. 
Hoy, podemos ir a un hospital, a un sanatorio, a una clínica; pero también muchos consultan a la médica, la curandera, la sanadora del barrio o del pueblo. Y en otras culturas a su machi, o su me'ica.

Por muchos años, existió (existe) una pugna,por desvalorar el sistema médico informal, que pretendía (pretende) desterrar estas creencias o maneras que tenía (tiene) la gente de tratarse, porque se consideraban (consideran) incorrectas, antiguas, de ignorantes y de indios. Sin embargo, a pesar de  la deslegitimación y del propio avance de la medicina formal; éstas prácticas culturales tradicionales no han podido ser desechadas de la vida de las personas. 
En muchos de nuestros países, antropólogos y médicos, trabajan fuertemente este tema para darle validez a un sistema médico tradicional y generar trabajos conjuntos con el sistema médico formal, que den cuenta de una mirada distinta de cómo se concibe el mundo y de cómo debiera ser la relación paciente-médico; cuyo fin último es lograr el éxito de un tratamiento.
La experiencia de la salud/enfermedad no se mira ni se experimenta de la misma manera en todas las culturas, pero sí se busca el mismo objetivo: explicar el fenómeno que generó la dolencia, darle fin  y procurarle  bienestar al enfermo.

Comprender todo esto y aceptarlo; puede ser muy sencillo o muy complicado; dependerá de cuan respetuosos seamos de la diversidad cultural, porque estemos de acuerdo o no, el mundo es diverso, lo mismo las personas y sus prácticas.

Así estuvo el viaje radial del sábado, programa repetido estos dos últimos sábados, porque he tenido enfermito a mi Guillo.
Y en la música, la Argentina Liliana Herrero, una mujer que canta no solo con su voz, sino con cada gesto.  Hace poco que la descubrí y no podía privar al programa de su compañía, aunque fuera sólo su voz. 
¡Hermosa!


martes, 5 de junio de 2012

Leer creativamente

Siempre he dicho que el trabajo con niños debe asumirse con entera responsabilidad, porque nunca imaginamos a conciencia cierta la influencia que podemos producir. Hoy por ejemplo, una madre de dos hermanitos que comenzaron este año el taller, me comentaba que estaba muy feliz, porque sus hijos nunca leían, ni mostraban interés alguno por mirar siquiera un libro o una revista; en cambio ahora, sacan sus libros, leen -¡Y leen lindo!-me dijo.
¡Qué bonito! y aunque sé que no todos los que han pasado por el taller se han motivado en serio, me gusta saber que hay algunos que si.
Lamentablemente uno no puede cumplir las expectativas de todos, han habido algunos, que llegan al taller buscando "sólo teatro" y yo entiendo perfectamente a qué se refieren. Y no intento retenerlos, porque en definitiva esto tiene que producir encanto para quedarse, de lo contrario puede llegar incluso a ser tedioso.Y lejos de producir el efecto que deseo, puede que los aleje más del gusto por leer creativamente.