En este caminar, está ese tipo de gente que nos topamos por casualidad absoluta en un breve instante, pero que aprendemos a admirar, que siempre recordaremos, que si podemos citaremos y que si no nos volvemos a topar igualmente recordaremos. Serán siempre especiales, pero tal vez nunca se lo diremos, por vergüenza, por falta de oportunidad o por lo que sea.
Don David Lagmanovich, académico y escritor Tucumano, fue ese tipo de gente para mí. Rara vez cruzamos palabras; sí unos mails que desde entonces he conservado y que sólo tratan de consultas sobre el taller de microrrelatos que en 2006 dirigía él y que yo asistí sin talento, conocimiento, ni nada, pero que me encantó principalmente como él lo encaraba.Tampoco me quedé después de clases a charlar con él, como el resto; no por falta de ganas, sino por esa timidez que me acompaña siempre.
Debo decir también que él fue quien me hizo reparar en mi gusto por la escritura dramática, hecho que me impulsó al tiempo; a tomar cursos de dramaturgia.
Muchos podrán hablar de todas esas características hermosas que lo hacían ser él, además de lo inteligente y tan buen escritor. Yo no lo conocí tanto, sólo en el aula mientras nos leía y hablaba de micro ficción. Pero lo que más recuerdo de él es esa tranquilidad que proyectaba y esa sencillez y gracia para referirse a las cosas.
El falleció hace un año, un 27 de octubre, dos días después de mi cumpleaños y me enteré por el diario en Internet ese mismo día.
Había hecho unos dibujos para mi Kamishibai inspirados en un poema de él en el mes de julio del año pasado y aunque nunca se enteró; esa era mi manera de homenajear mi admiración por él.
No dudo que habrán miles de homenajes y tributos de calidad y muy significativos para este hombre; el mío es humilde, simple pero hecho desde el corazón.
Aquí unas de las imágenes:
"...De los dos, él era algo más fuerte, pero ambos sentían el cansancio como mil agujas incrustadas en las piernas..." (En "Los caminantes" extraído del libro "CASI EL SILENCIO" de David Lagmanovich) |
"-No llores, mujer: ya no podemos regresar, pero siempre estaremos juntos-dijo Adán." (En "Los Caminantes" extraído del libro "CASI EL SILENCIO" de David Lagmanovich) |
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