Mi desafío dominguero: 14 y 15

Que por fin se acabó esta pausa para mi blog! 

Y para dejar de ser la alumna más incumplida, me he puesto a trabajar en mis dos desafíos creativos faltantes: 14 y 15.

Este árbol lo hice ayer, en el día de los pueblos originarios. Son especie de ramas, especie de árboles...especies; pensando en la importancia de los árboles para la mayoría - si no todas las culturas originarias. Mi representación de tan bella creación es incipiente, muy simplona...queda muy pequeña para lo que realmente representa la existencia de un árbol no solo en la vida de los pueblos originarios; sino también en nuestras vidas: el papel, el fuego, el humo, la comida, la sombra, la frescura, las hojas secas pisadas, la contemplación e incluso el silbido que se filtra entre sus ramas en días de lluvia y viento.   

Un árbol puede llegar a ser entendido como identidad, ceremonia, rito, cobijo, abrigo, alimento y hogar. Por eso en la reivindicación de los pueblos originarios también está la lucha por el respeto y conservación de sus especies autóctonas.

Abrazar un árbol sobretodo esos más viejitos es abrazar historias y serenidad. La tala indiscriminada de bosques es muerte segura, es  ignorar las cosas fundamentales, es fallarle a la propia tierra y a nosotros mismos.

Mi letra escogida no podía ser otra que la que más escribo hace cuatro años: la de mi Guillo. Y es que para mí es una letra encantadora. En ella veo figuras, movimientos y posibilidades que seguro las otras la tienen pero esta es para mi la elegida. 

Además de ser la letra con que comienza el nombre de mi hijo, es la letra de mi abuelita paterna también, una mujer campesina que recuerdo siempre como una mujer tierna, especial y de una sabiduría impresionante.

La "g" además es la letra de palabras maravillosas capaces de cambiar situaciones, estados, momentos: "gratitud", "generosidad",  "grandeza".    

Y de estas palabras hoy me quedo con "Grandeza", como la sabiduría ancestral o como un árbol meciéndose e intentando crecer libre.