sábado, 4 de febrero de 2012

Y un pajarillo posado en lo más alto será testigo

Ya vuelvo. Siempre vuelvo, le digo.
No me olvides.  Nunca me olvides, le repito.
Volveré con las mismas energías para correr y abrazarte y echarme a tus pies a tomar el fresco.
Volveré con el mismo ímpetu, queriendo encontrar respuestas bajo tu silenciosa compañía.
Seré la misma, con más años, con más cuentos que escucharás atento, mientras el sol de aguas correntosas golpetee por tu espalda.
Me levantaré de pronto, cuando ya haya gastado mis palabras y caminaré despacio, muy despacio intentando escuchar tu llamado.
Te prometeré un nuevo regreso, el mismo de cada año y mientras  pensaré en tus hojas caídas, en tus ramas secas y en el paso del tiempo dudoso y  frágil.  

4 comentarios:

  1. ¡Qué poética coincidencia! Me gusta mucho tu relato. El tiempo pasa veloz, del calor al frío,de una estación a otra. Pero en cualquier latitud, en verano o en invierno siempre habrá un pajarillo en un árbol: si las blancas caen vencidas por las negras el dolor no es para siempre y de nuevo renacerán como las esperanzas...

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  2. Qué bello...¿qué más podría agregar a esto que dices?...mejor contemplo tu texto y tu collage. (¡Bienvenida!)

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  3. Necesitamos testigos de los regresos, aunque sea un pajarito el que nos vea volver.

    (es tan dificil y a la vez tan glorioso el regreso)

    Besos!

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