Regresábamos. Soltaste tu bolso, tiraste por los aires tu chaqueta negra con bolsillos grandes y te calzaste las pantuflas de lana que siempre acomodabas bajo tu silloncito heredado. Dijiste que beberías un vaso más para entrar en calor esa noche helada. Me besaste sin calor, sin aire contenido de ganas. Te dije que iba al baño. Me miraste y cerré la puerta; la de la entrada.
Y es que hay noches en las que hace tanto frío afuera, como adentro.
ResponderEliminarSaludos y feliz día.
Es verdad. El frío, algunas veces puede colarse por entre cualquier fibra, cualquier espacio, cualquier lugar. Feliz día para ti también :)
EliminarBonitas palabras!!besos
ResponderEliminarGracias Dezazu. Besos!
Eliminarexcelente micro relato! y conmovedor título...
ResponderEliminares increíble cómo en tan pocas líneas expresaste tanto...
y coincido con md, aunque creo que adentro hacía más frío que afuera
bien por ella que cerró la puerta de entrada :)
chapeaux, señora! :)
un abrazo Yekita, q tengas una hermosa semana!
Ese frío los podía congelar...
EliminarGracias Claudia :)
Que tengas una linda semana también!
Abrazo!
Quién cerró la puerta, ella o él? que frios hay a veces...
ResponderEliminarExcelente!
Cerró la puerta quien fue consciente del frío en esa habitación :)
EliminarAbrazo!
Ese frío que no deja dormir...
ResponderEliminarBesos, Yeka. Bonito texto.
Que mal que hace ese frío...
EliminarGracias. Besos!
Un relato que en tan pocas líneas dice tantísimo. A veces el frío de una persona nos hiela más que el atmosférico y para sentir ese frío mejor cerrar y calentarse una solita. Un abrazo, artista, cada día me gusta más lo que en tu mundo propio hallo.
ResponderEliminarMejor apapacharse sola, que escarcharse en compañía.
EliminarGracias Ana! Un abrazo grande!