Hemos tenido semanas de mucho frío, tanto, que hasta creí que mis alumnos se acobardarían algunos días y no asistirían al taller. Pero lejos de la cobardía, han seguido puntuales y fieles a las clases; lo que me pone muy contenta por supuesto, pero también me hace pensar en mi compromiso cada vez más fuerte con el kamishibai, con los que en este momento son mis alumnos y con todos los que imagino, les haría bien conocer esta forma de escuchar y contar historias.
Pensaba en las actividades que hemos realizado en el taller hasta ahora y hasta en lo que hago yo misma, en solitario, cuando preparo mis obras...y claro llegué a mis conclusiones: Que el taller representa para nosotros el espacio creado para compartir de una manera distinta.
No estudiamos, pero aprendemos.
No competimos, pero nos esforzamos para hacerlo bien.
No investigamos, pero descubrimos nuevas maneras de expresarnos.
No lloramos, pero sentimos el poder del personaje y del texto.
Jugamos dibujando y pintando y luego haciendo las voces de nuestros actores de papel.
Imaginamos y creamos los mundos de nuetras historias.
Fantasía y emoción, eso es este taller.
Lástima que para asistir a tu taller tenga que cruzar el "charco". Que bello como lo describes, parece un lugar donde uno se conecta consigo interpretando a otro, que cosas...
ResponderEliminarAll washi tape:Sí, a veces quisiera que el mundo fuera más pequeño para asitir a tantos momentos notables! Pero lo bueno es que en todas partes, acá desde este lado o desde allá, las conecciones siempre están!
ResponderEliminar(NOTA APARTE O SEGUIDA: Qué gusto que pasaran por aquí!!! )