El sábado pasado, en el taller, comenzamos con las imágenes, así es que todos estaban dibujando y luego pintando, pero claro, el espacio también se dio para la conversación. Ellos se preguntaban cómo había conocido yo el Kamishibai, qué más hacía en mi profesión como antropóloga y si era siempre tan paciente como ellos me encontraban.
En eso estábamos, mientras las hojas iban tomando color; hasta que uno de los niños me dice: "Yo quiero ser Paleontólogo y ésto" (kamishibaiya).
Tengo que reconocer que me gustó mucho oírlo...no porque me despertara el ego de que quiera hacer kamishibai, sino porque recordé que a esa edad tal vez somos más claros con nuestros verdaderos sueños. Y aunque acumulamos muchos deseos; cuando niños somos más valientes.
Después el tiempo nos va limando las ideas, pero también muchas veces nos vuelve titubeantes y finalmente olvidamos soñar.
Conocí este teatro en el mejor momento de mi vida: cuando estaba siendo niña ya grande. De ahí no he parado y espero no hacerlo nunca. Al principio comenzó siendo un proceso silencioso y solitario...hasta que salí a la luz para que otros lo conocieran.
Podemos escoger ser esto o cualquier otra cosa, pero ojalá siempre escojamos seguir soñando, porque es ahí cuando en verdad somos sinceros con nosotros mismos.
me gusto mucho lo que escribio y espero que siga soñando y siga atrayendo soñadores
ResponderEliminarMi fiel anónimo: yo espero siempre tener la valentía para soñar...aunque a veces se vean inalcanzables...imposibles. Y ud. no reprima sus sueños, vamos!!! a soñar; es gratis y simple.
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