Como en todas las cosas, la constancia nos va mejorando, porque nos aclara las ideas, pule nuestros oficios o nuestras prácticas.
Y es lógico, si lo pensamos detenidamente, ya que el tránsito que recorremos en ese proceso algunas veces reafirma o renueva nuestras ideas, nos hace amar y comprometernos más con lo que queremos y finalmente nos hace sentirnos orgullosos con nuestros resultados.
Puede tratarse del cotidiano quehacer de una madre con su hijo, puede tratarse de un artista soñador y querendon de su oficio, de una maestra/o buscando respuestas y estrategias para su aula, de un padre reinventando su trabajo y sus sueños de progreso familiar...puede tratarse de un sueño que queremos ver concretar.
Puede ser cualquier cosa, en cualquiera de los ámbitos en que nos encontremos o en todos ellos; el profesional, el soñador, el cotidiano. Lo importante es que en cualquiera de ellos, hacer sin nunca bajar la guardia parece ser la cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario