Hacen ya seis años, este día cobra igual o más importancia que antes.
Seguramente igual, porque Isolda sigue siempre presente, a pesar de que esta distancia ya no es mera cuestión fronteriza Chile-Argentina.
Seguramente más, porque ahora valoro más las ausencias, atesoro los recuerdos, lamento no dar más abrazos y no decir más veces "te quiero".
Ahora Isolda transita en mi mente y mi corazón; no me atrevo a decir que con más fuerza o mayor presencia que antes; pero sí con un recogedor sentimiento.
En este día de la madre en Chile, como en otros países, pero no en Argentina, hace ya seis años nuestros contactos son a través de mis sueños y mis recuerdos sobre ella.
Hoy, una bella flor azul; del campo donde vivió tantas cosas cuando "vivió", resulta un regalo perfecto para mi siempre viva Madre.
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