Este próximo 22 de abril podría ser el momento de pensar en nuestra bella tierra; contemplar el mejor paisaje natural que encontremos, oler el mejor aire que podamos y asumirnos en serio como responsables del cuidado de ella.
Si bien las voluntades individuales no son suficientes; son necesarias. Pequeños actos individuales, unidos, cobran real importancia para la mejora y el respeto de nuestra tierra, nuestro hogar.
Lavémonos los dientes con la canilla de agua cerrada, apaguemos todas las luces y artefactos eléctricos que no estemos usando, exijamos información en los productos que consumimos diariamente respecto de cómo fueron producidos, exijamos opciones reales de consumo en productos menos agresivos para el medio ambiente y nuestra salud, sin sacrificar este derecho por el costo elevado que muchas veces tienen.
Reflexionemos criticamente sobre nuestras conductas, sobre lo que podemos aportar desde nuestro humilde lugar.
Entendamos que cuidar de la tierra es cuidar nuestro presente y nuestro futuro. Cuidar de la tierra significa cuidar de nosotros mismos y de los que amamos.
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