Y eso mismo pasa con cualquier forma de promocionar la lectura: algunas veces unas imágenes, un títere, un disfraz improvisado, una alfombrita y cojines para los espectadores y lo fundamental: las ganas de leer, de escuchar y de imaginar.
En ese contexto se realizó ayer la fiesta de la lectura en la Guardería "Niño Feliz", donde fui invitada a los turnos de mañana y tarde para contarles alguna historia a los pequeños de entre dos a cinco añitos.
Se presentaron además números con títeres, representaciones teatrales y lectura de cuentos a cargo de los papás de los pequeñines, quienes me pareció que lo pasaron muy bien, porque aplaudían y reían con las historias en todas sus formas representadas.
Se presentaron además números con títeres, representaciones teatrales y lectura de cuentos a cargo de los papás de los pequeñines, quienes me pareció que lo pasaron muy bien, porque aplaudían y reían con las historias en todas sus formas representadas.
Pero lo que en verdad me dejó el corazón hinchado de emoción ayer, fue ir a una escuelita rural del sector "La laguna", invitación que me hizo improvisadamente la Directora de la Guardería, luego de terminar ahí. Sólo participaron los niños del nivel inicial y dos maestras; ni el resto de la escuela, ni el resto de los docentes ni los padres de los niños...muy desolado, pero ellos merecían tanto como los de los otros lugares un lindo momento. Ojalá haya sido así.
Y qué ganas de volver!
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