domingo, 21 de agosto de 2016

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Mi hermano menor me envió fotos de la casa de papá. Y por alguna razón, aún alegrándome la sorpresa, ha quedado mi corazón adolorido.
A veces a los duelos se les debe sorber de a poquito, para que entre sorbo y sorbo el ardor deje un espacio de respiro.
Hay tanta tierra, álamos y nubes que me pinchan  en el centro; como alambres de púa oxidados de tanto invierno cayéndoles encima.

4 comentarios:

  1. Pues me parece un sitio de película. Precioso. Dejará de pinchar. Seguro.
    Besos, Yeka.

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  2. Que hermoso! esta vista también la disfrutó tu padre... dale tiempo al tiempo, un dia esas púas ya no pincharán tan fuerte

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