Ciertas veces, me gusta jugar a que soy otra especie de animalito; una distinta a la propia.
Y entonces empiezo a mirar de otra manera, a oler de otra manera y a sentir de otra manera.
Me gusta de preferencia, ser de esas especies que a nadie parece impresionarles. Que saben que existen, pero nunca las miran de verdad.
A esas especies les tengo cariño. Porque son fabulosas. Están y nadie las nota.
Son especies, extrañamente, nunca en extinción.
Y desprotegidas.
Y vituperadas.
Me recuerdan a mi misma especie. Las de estilo ninguneadas, reprochadas, ocultadas y negadas.
Cuando juego a ser una especie de animalito distinta a la propia, me veo yo misma. Y los veo a todos. A ellos y a nosotros.
Ya te lo he dicho, cada vez que te visito me pongo nostálgica pero esta vez... me quedo como esas veces cuando estas parada en una esquina y no sabes para dónde coger en una ciudad extranna...
ResponderEliminarSucede Stella :(
EliminarY digo, ¿Quién no se ha sentido en algún momento o en varios de esa forma?...por eso intento ser consciente de mi misma, intentar no necesitar que me den importancia, lleno mi vida con mis cosas y el que quiera que me escuche o mire, el que no, que siga su camino. Trato de aceptar cada momento de mi vida sin más. Un saludo, volveré por aquí.
ResponderEliminarEs más sano :) Bienvenida por aquí!
Eliminar